«Y reencontrarse con el paso del tiempo es descubrir cómo el alma- inquieta y artista- de María rejuvenece de pronto y se impregna de un intenso espíritu lúdico, las esculturas se despojan de su halo formal y se tornan elementos sintéticos. Es el tránsito del gres a la porcelana –más limpia, más luminosa- y de ésta a la humildad transida de negrura de las pizarras.»
A.M