El oficio de la cerámica fue de los primeros que surgió en el ser humano, pues proviene de la práctica de modelar la arcilla para suplir la necesidad de proveerse de utensilios que no sólo eran para la guerra o la cacería, sino para la propia necesidad cotidiana del ser humano.
El término cerámica, se aplica de una forma tan amplia que ha perdido una buena parte de su significado. Deriva del griego keramos, <<sustancia quemada>>, o <<vasija de tierra>>.
En primer lugar, es necesario tener presente la existencia de muchos diferentes tipos geológicos de barros naturales, y que, cualquier tipo de barro puro, cuando se seca, se endurece, pero no adquiere la dureza real hasta que no se cuece a al menos 700 ºC.
Por lo tanto, se debe saber que todos los productos cerámicos son resultado de dos variaciones, el propio barro que es utilizado, y la temperatura de cocción. Jugando con estas dos variables, podemos dar resultado a una infinidad acabados diferentes.
Durante mucho tiempo, tanto las propiedades del trabajo, como las técnicas, los procesos, o las herramientas, estaban enfocados a necesidades funcionales útiles específicas: como transportar agua, alimento, construcción, etc. En la actualidad, se ha evolucionado en los métodos de trabajo, y se ha profundizado en los procesos e infinitas posibilidades que ofrece trabajar con este material; sin embargo, estos procesos aún pueden ser válidos, y cualquier ceramista utiliza los mismos materiales e incluso algunas de las técnicas que utilizaban nuestros antepasados.
Por otro lado, no existe una línea definida entre la alfarería y el arte, al igual que un objeto como una <<vasija>>, no puede ser considerado cómo solo un recipiente u objeto funcional, sino que utilidad y simbolismo van de la mano en este arte, donde cualquier objeto cotidiano, como una lámpara, puede poseer mucho más valor por ser un objeto único y hecho a mano. Hoy en día, el arte de la cerámica ha trascendido en cierta medida la imagen antigua que se tenía cuando era considerado simplemente como la técnica del alfarero.
Es importante abordar esta existente contraposición que se da en muchas ocasiones entre valores funcionales y esculturales en el arte de la cerámica, que sería parecido a contraponer alfarería con artesanía. Lo primero se refiere a objetos que son producidos a mano, pero en serie, por lo que no tendrían tanto valor como piezas escultóricas únicas que se pueden vender a precios más altos por su valor como objeto de arte decorativo único y con fuerte componente estético. Existen muchos ceramistas funcionales que pueden ser considerados artistas aunque muchas veces ellos no se consideran así, simplemente se hacen llamar artesanos o alfareros.